Braindead - Tu madre se ha comido a mi perro (consíguela en amazon)

Un tremendo orgullo escribir sobre esta entrañable película. Volviendo la vista atrás, fui tentado en mi temprana adolescencia a verla por la escena de unas natillas. Poco podía imaginar que lo de las natillas sería lo menos gore de la película… Miento, es por quedar bien, esperaba todo lo demás y en perspectiva, uno puede entender que fundara un culto a su alrededor. Puede que incluso el sacrificio de vírgenes y animales puros, quién sabe.

Gore, sangre y vísceras por definición, es lo que nos ofrece esta película que tiene un ritmo lento pero un desarrollo exponencial. La cosa tarda en espabilarse, pero cuando lo hace… menudo espectáculo. Y pensar que es una obra de Peter Jackson en 1992, que se haría increíblemente famoso poco menos de una década después por la trilogía del Señor de los Anillos (sí, el mismo tipo que rodó esas emotivas escenas de amor entre Sam y Frodo y esa épica de Aragorn).

Pero vayamos al grano: ¿Y de qué trata esta obra de arte? Me podría poner profundo y decir que es la alegoría de un muchacho retraído que trata de cortar sus nocivas relaciones con su madre, huérfano de padre, que no le permite ni acercarse a una chica para disfrutar de toda su atención. Y sí, en parte es eso, pero no es lo importante de la película. Lo importante de verdad es que hace años los marineros trajeron consigo ratas enfermas a una extraña y solitaria isla que se dedicaron a violar a todos los monos pequeños que encontraron. La especie resultante es capturada en el momento presente para llevarla al zoo de la ciudad donde viven nuestros protagonistas. Y claro, faltará que el chico intente llevar a la joven tendera al zoo para que su madre les siga y acabe mordida por el mono-rata.

A partir de ahí hay algunos momentos tediosos en los que el chaval trata de compensar a su madre ignorando que está infectada y luego muerta. Interesante escena en la que la herida de la mordedura le explota como un grano sobre las natillas de un invitado y este sin darse cuenta se lo come. Entonces todo empieza a caer como un castillo de naipes y de ahí la gran frase: “Tu madre se ha comido a mi perro”, con la que la tendera cierra toda una vida acompañada por su mascota sin mayor problema.

Prosigue el filme con la consecuente serie de contagios y despropósitos, mientras el chico intenta contenerlo todo en el sótano de su casa. Para entonces una enfermera y un pastor zombis han tenido sexo necrofílico sobre una mesa y por alguna razón que desconozco nace un bebé zombi. En realidad, estábamos advertidos… ¿no violaron las ratas a todos los monos pequeños?

Con todas las fichas colocadas, llega el malvado (y psicópata) tío del protagonista, dispuesto a arrebatarle la herencia. Y como suele pasar en estas películas, ver cuatro zombis en el sótano no solo no le parece escandaloso, le parece un argumento para extorsionar a su sobrino con la policía. Ahí está pues, Less, el mayor cabronazo de la peli, montando una fiesta a costa de su sobrino con cuatro zombis en el sótano… ¿Qué podría ir mal? Aquí es dónde os digo que la veáis para saber el final (xD).

He visto auténticos desastres, lo que hace que esta película después de todo, me parezca bien hecha. Con un presupuesto si no he leído mal fue de unos 3 Millones de dólares. Comparado con 1 M de dólares de Star Wars Holiday Special más de 10 años antes o la misma cantidad para Killer Sofa 30 años más tarde, podemos hacernos a la idea del aprovechamiento del dinero (aparte de los 300 litros de sangre artificial).

Esta película es un MUST para freaks degenerados.