El estilo de Todd McFarlane es inconfundible, espectacular. El creador de Spawn puso antes su arte en Spiderman (finales de los 80), con esos vistosos y tan dinámicos dibujos, de movimientos imposibles. Su ambientación es más oscura, sube en madurez a todos los personajes y los introduce en un estilo de violencia más cruda. Si hoy se tuviera que hacer la película de Spiderman bajo este cánon desde luego no contaría con Disney para intentarlo.
Las historias que se van sucediendo son sencillas, autoconclusivas, pero no por eso dejan de ser espectaculares. En algunos tramos participa Erik Larsen como dibujante, que no vamos a desmerecerlo porque luego se quedaría la franquicia, pero en lo que se refiere a estos 12 números y esta reseña, yo me voy a referir a Todd McFarlane.
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