Que las historias de guerra son un tema que le gusta mucho tocar a Garth Ennis es bien sabido. Le encanta retratarlas con su mayor crudeza, que se note especialmente el absurdo y el desperdicio que representan. Su objetivo claro es romper y difuminar la simplificación de bien y mal a la que estamos acostumbrados en el género bélico. Si hay un mal, este se oculta a miles de kilómetros del escenario de guerra. Ni más ni menos que esto es lo que ofrece 303, porque en el fondo ¿Cuántos de los que toman parte en la acción de esta historia son realmente malos o buenos?
Un coronel y una docena de miembros de las Fuerzas Especiales Rusas se ven involucrados en una misión en Afganistán para recuperar algo de lo que no conocen su naturaleza antes de que lo hagan los británicos o los americanos. Así es como la historia empieza.
Una misión secreta en la que un veterano tiene que lidiar con sus enemigos y con sus propios soldados, mal preparados y sin ninguna vocación de servicio en el ejército. A le vez se verá atormentado por su propio sentido del deber y del honor, recordando los muertos que él mismo ha causado y los que le han precedido. Verá a su propio padre, veterano victorioso en su lucha contra los nazis, juzgar en lo que se ha convertido el mundo (y en particular el gran ejército ruso): ¿Puede el futuro tratar al pasado con este desprecio? El secreto que descubrirá le llevará a tomar la decisión de abandonar el servicio militar y ponerse al servicio de la historia para culminar su propia y ambiciosa misión personal: ganarse el respeto del pasado con una acción que cambiará el mundo para siempre.
La segunda parte de la historia transcurre en territorio estadounidense. En ella nos internaremos brevemente en el contraste de una América enferma en la que todavía hay hombres que se esfuerzan por protegerla con la ley en la mano. El paso del coronel lo cruzará con el Sheriff del condado tras un acto a todas luces de justicia, pero fuera de la ley. Y luego completará su misión. La misión al servicio de la Historia.
La trama se convierte en una crítica severa a la forma de hacer la Guerra y a los intereses ocultos que atrapan a las personas en ella. Es un recuerdo a los que sirvieron sin entender enteramente a quién servían de verdad y a los que se quedaron en casa, perdidos en discusiones filosóficas cada vez más alejadas de la realidad o practicando el fariseísmo con las motivaciones reales de la Guerra.
También es un reconocimiento especial a esos hombres duros e íntegros que cumplen con su deber sin rechistar, el modelo al que Garth Ennis tanto admira y que es muy recurrente en sus comics. Tanto el coronel ruso como el Sheriff son hombres que harán cuanto se deba hacer, aunque por dentro eso les devore y aunque tengan que aguantar una vida que ya no desean o sacrificarla por su deber.
En conclusión: una buena historia para leer. Os la
recomiendo.
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