The Witcher. Segunda Temporada.
Terminada ya de ver toda la segunda temporada, hay claroscuros en esta serie que me cuesta mucho más comentar que en otras ocasiones (no estoy tan puesto en este fenómeno de la fantasía como en otros).
La impresión general para el lego en la materia es bastante buena. Tiene buen ritmo, buena fotografía y escenarios, tramas y subtramas como se le pide a toda serie que quiera durar, y finalmente un actor estrella rodeado de otros buenos actores. Si cuentas que todo ello está inmerso en un universo propio de fantasía con espectaculares escenas de acción entre hombres y monstruos, no es de extrañar que sea de las mejores que se ofrecen en la actualidad.
Por otro lado, recojo el comentario de que no es nada fiel a los libros (ahora me los voy a tener que leer y no son pocos). Entiendo perfectamente lo que se siente cuando no respetan el canon. En muy pocas ocasiones un rodaje poco fiel a los libros ha hecho justicia a la obra. Estoy pensando, por ejemplo, en el Señor de los Anillos de Peter Jackson, que obviamente es una trilogía espectacular y justamente premiada. Sin embargo, con más libertad creativa, el mismo director hizo el Hobbit y ahí se pudo comprobar hasta dónde se puede pecar.
Durante esta temporada vamos a estar mucho en el refugio de los Brujos en Kaer Morhen, conciendo a algunos de ellos, más detalles sobre su vida y su historia, a la vez que Ciri empieza a aprender a defenderse. Entre tanto seguiremos la historia de Yennefer, que no ha muerto y que todavía tiene mucho que decir en la serie. Por supuesto siguen desarrollándose las tramas entre los reinos y los magos, e incluso se inicia una masiva movilización de elfos (¿quizás para aliarse con el enemigo?). Y en medio de todo esto, un misterio de mayor calado que afecta a todo el continente, a los brujos, a los magos y a los monstruos.
En conclusión: la apruebo a la vez que comprendo el poco entusiasmo de algunos fans. La serie por si sola es bastante recomendable y eso también hay que admitirlo. Pero en estos tiempos en los que vienen clásicos como The Sandman (Netflix) o la serie de amazon del señor de los anillos… sí, entiendo perfectamente el miedo a tanta “libertad” creativa. A veces de algunas cosas solo queda el nombre y poco más (como Lucifer… todo mal en Lucifer).