Dune - Frank Herbert (busca en amazon tu ejemplar)

En la fantasía épica todo el mundo reconoce a J.R.R. Tolkien como el mayor referente de la historia y, junto con Asimov, en el género de ciencia ficción es Dune de Frank Herbert el que emula la potente gesta del escritor británico. Aunque hoy sabemos que tuvo un éxito rotundo, el autor tuvo que esperar durante al menos dos años para terminar de convencer a las editoriales sobre el valor de la obra. Dos años en los que la obra llegó a agotarse. Como bien dice en su prólogo del segundo libro, no esperaba un fracaso, pero tampoco esperaba que se consolidara como una preferencia del público.
Los tres primeros libros de Dune se escribieron prácticamente a la vez. Muchos de los elementos que hay en los libros segundo y  tercero ya estaban pensados cuando se escribía el primero. Era su gran historia y de ahí la analogía con Tolkien. Frank Herbert quería hacer un libro que cubriera muchas facetas de la civilización que él conocía. Quería un libro ecologista, político, económico, profético y otras muchas cosas que le llevaron más de seis años entre investigar e hilvanar para escribir su obra.
Entrando en materia, Dune, el primer libro, se centra en la llegada de la Casa de los Atreides al planeta Arrakis para gestionar sus recursos en nombre del Emperador en detrimendo de la Casa de los Harkonnen. Pronto el Duque Leto Atreides constatará que todo ha sido una maniobra para destruir a su casa perpetrada por el propio Emperador y el líder Harkonnen. Así empieza la épica.
Arrakis es un lugar desértico cuyo único valor radica en la producción de especia (melange) una substancia capaz de alargar la vida y proporcionar poderes prescientes y psíquicos a algunos individuos que exhiban predisposición a ello. La especia es fundamental en el Imperio porque se ha vuelto imprescindible para la navegación por el espacio. Sin melange y sin el poder presciente, las naves de transporte no pueden trazar rutas seguras y rápidas a través de todo el universo. Arrakis es además el único lugar donde esta especia se produce.
Y entrados ya en el escenario y el principio de la trama, la familia de los Atreides (Paul, hijo del Duque, y la dama Jessica, madre de Paul y concubina del Duque) se verán abocados a sobrevivir en un planeta con unas condiciones brutales y al amparo de los Fremen, los nativos del planeta que viven en el desierto.
Una de las mejores cosas que tiene el mundo que describió Frank Herbert es su tremenda complejidad política. El universo de Dune no es solo Arrakis, ni es solo los Atreides, los Harkonnen o el Emperador. El universo de Dune tiene múltiples actores con sus diferencias en forma de actuar y objetivos a corto y a largo plazo. Desde la consipiración eugenética de la Bene Gesserit hasta el pragmatismo de la Cofradía y de la CHOAM, cuyo objetivo es perpetuar el poder y los beneficios económicos. Desde las Casas del Landsraad, ocupadas en sus guerras de poder hasta el Emperador en su lucha por mantener su puesto. Y sobre todo, los Fremen con sus propias ideas y planes.
Tiene además una complejidad de tradiciones que se van filtrando a medida que avanza la trama. La religión de los Fremen, las costumbres de las Casas nobles o, por ejemplo, la veneración y temor que provocan los soldados del Emperador, los Sardaukar.


Creo pues que, introducido el libro, ya solo me queda recomendarlo fervientemente. No tiene desperdicio y no es casualidad que se convirtiera en un best seller. Esta historia es desde luego un DEBE en toda estantería que se precie.