De las obras de JRR Tolkien, el Hobbit fue, al principio, la más famosa y la primera que llegó a manos del gran público que exploraba el universo mitológico del filólogo inglés. Sin embargo, no era si no una gota en la inmensidad de su gran obra: el Silmarillion (y todas las leyendas asociadas) y lo que era su conclusión en la Tercera Edad, El Señor de los Anillos.
Por lo tanto, y, para empezar, el Hobbit se ve algo diferenciado de sus libros hermanos por la condición de ser un libro más juvenil y menos épico. No solo en el lenguaje, si no porque a pesar de beber de la gran mitología que había desarrollado ya para aquella época, tenía consignas editoriales distintas. El hobbit en el fondo no es tan oscuro.
Su lectura es agradable, en una trama que narra el deseo de los herederos de Erebor de recuperar su antiguo reino de las garras del dragón Smaug. En medio de esto, y como comentábamos, se encuentra entretejida la geopolítica compleja de la Tierra Media, en un contexto muchísimo más grande, que es el que el propio Gandalf puede abarcar en esta obra y la del Señor de los Anillos. Pero más allá de lo estratégico de los planes del Istari, está la gran misión de los Enanos, que se verán acompañados, por consejo de Gandalf, por Bilbo Bolsón, el Hobbit.
Muchas aventuras vivirán en el viaje tanto enanos como el hobbit hasta encontrarse a las puertas de Erebor, visitando a los Elfos y topándose con trolls, trasgos y huargos. Y en medio, ese componente para nada casual e intrascendente, la substracción del Anillo de Poder a la criatura Gollum. Hacia el final del libro volverá a aparecer la geopolítica de la Tierra Media, confrontando a varios ejércitos por el control y los tesoros del Gran Reino Enano.
Con respecto de los personajes, es muy valioso el esfuerzo de describir a los enanos en una fantasía épica que se lee desde los ojos de un ser humano. Se aprende pues, que no son inherentemente malvados, si no prácticos y calculadores, y en su código moral hay honor e inteligencia en los actos que llevan a resultados y no tanto en las gestas vacías. Sin embargo, son tozudos y honorables, y no abandonarán a un amigo aún cuando les parezca una pérdida absurda de recursos.
Lectura imprescindible para fans de Tolkien y gente que se
quiera introducir en su mitología. A partir del Hobbit todo se vuelve más
oscuro y complejo, aunque si me preguntáis a mí, yo siempre voy a recomendar el
Silmarillion y su lectura frecuente como si fuera un texto sagrado.
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