Hellblazer

La serie mítica por excelencia que fue la más longeva de la línea Vertigo y que ha inspirado el género de la investigación y la caza de seres sobrenaturales. Y en este caso, por ser fan de Garth Ennis, también hay que destacar que es donde empezó a ensayar todo aquello que después veríamos en Predicador (especialmente esa burla nihilista constante e iconoclasta).
El personaje, John Constantine, hizo su primera aparación en la colección de The Swampthing (de Alan Moore) en los 80 y tenía su propia serie a finales de esa misma década.

Se fue separando del mundo de los superhéroes en el que había nacido y pronto se integró en un mundo más parecido al nuestro, muy marcado por lo miserable de la Inglaterra de los años 80 (violencia, la transformación liderada por los conservadores de Thatcher, la guerra de las Malvinas, la aparición del Frente Nacional), añadiendo la magia y lo sobrenatural a la ambientación. Es en este contexto donde John Contantine, con un don para la magia, sobrevive timando y engañando a todo cuanto se cruza en su camino. La esencia de Constantine es la der ser el afortunado agente del caos que sobrevive cuando todo se desmorona a su alrededor. Él es perfectamente consciente de esto y no pocas veces sus pensamientos le llevarán a cuestionarse su propia forma de ser por causar daño a los demás, y cuando no sean sus pensamientos, los fantasmas de sus amigos muertos se lo recordarán. Sus valores están más allá de la figura del héore, su buen corazón se intuye a veces, pero no se deja ver y por encima de todo siempre parece que busque su propio provecho. Como se describe en el comic, es el hombre misterioso del que muchas personas solo conocen una faceta, la que a él le interesa, pero al que muy poca gente conoce de verdad, en su totalidad. No es sorprendente que este embaucador acabe enemistado con el propio Infierno por engañarlos a todos (ver "habitos peligrosos", tomo recopilatorio de la primera participación de Garthe Ennis en la serie). La mencionada trama, por cierto, es la inspiración de la película de Constantine que, a pesar de las críticas, ha conseguido cosechar cierta fama.

La serie, pues, nos guía a través de la vida de este personaje en la que va dando tumbos y siempre consiguiendo victorias efímeras que le permiten ganar algo de tiempo hasta el siguiente desastre con costes astronómicos (haciendo más enemigos que amigos, y muchas veces consiguiendo que sus amigos mueran en el proceso). Eso sí, con mucha gracia y mucha irreverencia. Constantine no siente ningún respeto por Cielo e Infierno, ni por ninguna criatura sobrenatural que haya sido mitificada por el mundo que la rodea. Es una idea recurrente en los comics de la línea Vertigo, en los que el individuo se coloca por mérito propio fuera de la jerarquía que se impone y aprovecha el  talento de muchos guionistas contratados en Reino Unido e Irlanda para dotarlos de una aproximación menos pomposa y más callejera al mundo real que la que acostumbran a tener los comics de superhéroes.

Si quieres reirte un rato y disfrutar de la victoria de un individuo alcohólico y adicto (al tabaco como poco) sobre los seres sobrenaturales con la magia como vehículo secundario supeditaro a su astucia y voluntad de sobrevivir, a la vez que vas repasando las sensaciones que transmitía la Inglaterra de los 80 y los 90, esta es indudablemente tu serie.

Para mi la serie es totalmente recomendable, y mucho más fácil de conseguir ahora que la están reeditando en tomos.