Se trata este del primer libro de la saga que inicia el personaje de Henry Chinaski, el alter ego de Charles Bukowski, desde su infancia hasta su entrada en la edad adulta, en la que decide abandonar su hogar paterno y hacer la vida por su cuenta.
Charles Bukowski, nacido en Andernacth, Alemania, en 1920, emigró con su familia a Estados Unidos tras el hundimiento de la economía alemana después de la Primera Guerra Mundial cuando apenas tenía tres años. Esta primera novela, “La Senda del Perdedor” (Ham on Rye en su título en inglés), se centra en esta época especialmente amarga que es la Gran Depresión que habría de sobrevenir mientras su familia aún mantenía sus pretensiones de prosperar en la tierra de las oportunidades. El libro es un relato fluido que condensa no solo la historia del protagonista, Henry Chinaski, si no la de los barrios pobres de Los Ángeles, sus costumbres, miedos y tradiciones. Este es un aspecto muy interesante que se deduce de las siempre austeras descripciones del texto y se incorpora como parte de la historia de forma muy natural.
Entrando en materia, el retrato de Chinaski, como el de muchos otros niños de la época seguro, describe el de una familia de clase trabajadora con aspiraciones truncadas en la que su padre lo maltrata recurrentemente y su madre asume el papel de plañidera. En este contexto, Chinaski se cría en un barrio con otros niños con los que descubre lo que es una vida sin esperanza, siempre pisoteados y a su vez exhibiendo su violencia hacia los demás y entre ellos. Entrada su adolescencia, el protagonista se verá además afectado por una enfermedad de la piel (una especie de acné muy agresivo) que lo aislará aún más de la sociedad que le rodea. La parte final del libro nos llevará al punto en el que Chinaski, cansado de su propia familia y aceptándose por lo que es, decidirá emprender la vida por su cuenta.
Es un libro ineludible para entender al personaje en las siguientes novelas, que narran la vida adulta de Henry Chinaski, pero que se entienden mucho mejor habiendo leído este libro. Chinaski se siente diferente, no quiere una vida normal, no desea pertenecer al mundo. Él solo quiere estar solo porque para él es algo vital. No le gusta la compañía, prefiere no hablar mucho y cuando lo hace llega a ser muy hiriente. Su padre no le tolera, pues lo tiene por un holgazán sin solución, lo que por cierto es un estilo de vida que a Henry Chinaski no le parece tan mal. El solo quiere esconderse, beber y escribir. Es lo que llaman un anti-héroe: alcohólico, violento, misántropo, mujeriego y vagabundo.
A mí hay dos aspectos de la novela que me parecen atractivos. El primero es esa pose de estar de vuelta de todo que tienen los personajes de las clases más pobres, especialmente cuando interaccionan con familias más acomodadas. Es todo un retrato social de la época. El segundo es el propio personaje, como el título de la novela indica, que ya es consciente desde el principio de que se siente diferente y de que algo en su vida no va a encajar. Él no va a formar parte del engranaje social y lo sabe desde su tierna infancia. Me encanta la cantidad la cantidad de veces que usa la frase “ellos debían saber algo que yo no”, cuando se refiere a gente que está triunfando ahí donde él se ve incapaz.
Tanto esta novela como la saga son muy recomendables y especialmente ligeras de leer.
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