The Boys

Una serie inevitable. ¿Cuánto hace que nos preguntamos todos aquellos detalles escabrosos de los siempre perfectos superhéroes?

Kevin Smith en Mallrats ya introducía el tema preguntándose cosas como “¿es el hombre el elástico realmente elástico?” “¿Soportaría el útero de Lois Lane el esperma de Superman o eso la mataría?”

En esta obra Garth Ennis decide resolver todas esas dudas a su manera: humillando al género de superhéroes con ese humor que le caracteriza y prácticamente sin límite alguno. Literalmente podremos saber qué efecto tiene el esperma de Superman sobre un ser humano normal entre otras cosas.

Ahora se ha popularizado el comic a raíz de la serie (de lo que me alegro, porque si no decae creo que esta vez han acertado). Pero el comic aún sigue siendo mucho más irreverente y salvaje. Parece que, al fin y al cabo, por los motivos que sea, la televisión aún no tiene espacio para este nicho de mercado y se ven obligados a suavizar el original (Sí, has leído suavizar).

Entrando en materia, el comic cuenta la historia de cómo Hughie, el personaje protagonista y por lo tanto el más alejado del concepto de héroe que existe, se involucra contra su voluntad en una historia de espionaje, multinacionales maquiavélicas, organizaciones subversivas, y mucha, mucha degeneración. El concepto de la vida de Hughie es más mundano, más prosaico, resultándole en realidad todo lo que hay detrás del “bien superior” y el “heroísmo” algo extraño y cargado de egocentrismo. Solo hay una excepción para Hughie, él sí cree en el amor verdadero.

Su contrapartida será Billy Butcher, que será co-protagonista, pero mucho más parecido al concepto de héroe con oscuro pasado y los límites éticos claramente rebasado. ¿Por qué Billy? Porque, en mi opinión, tenía que existir. Billy tiene que conducir a Hughie para romper con el sistema, pero Billy es parte del sistema. Para ello Billy dirige una banda de especialistas en devolver a los superhéreoes un poquito de su desprecio por la humanidad. Mutilar, apalear, humillar, extorsionar, etc. “Los Chicos” están ahí para poner las cosas en su sitio.

El resto de personajes: Leche Materna, La Hembra y el Francés, más los que entran y salen de la trama, son los que le dan colorido a la historia de Hughie y abren subtramas que juntas van sumando partes a la historia principal.


Por otro lado, está el Gran Satán, Vought American, con sus conspiraciones para culminar su gran plan. En el proceso, te das cuenta de que el gran plan en realidad ya no tiene mucho sentido, que el dinero que sacan por los “suppies” manteniendo el status quo es suficiente para comprar un presidente de los estados unidos. Pero aún así, por alguna inercia maligna que trasciende a todos y cada uno de sus individuos, la compañía se maneja como un ente despersonalizado con un objetivo que cumplir.

Y finalmente están los superhéroes. El gran vehículo por el que se conecta todo.

Los superhéroes son la carne y el condimento de esta serie. Están prácticamente todas las burlas de todos los más famosos: La liga de la justica, todo el universo X, los vengadores, etc.

Y aquí es donde el autor da riendo suelta a ese humor que le caracteriza con toda serie de situaciones denigrantes y abyectas. Los “suppies” son como niños. Niños grandes con poder únicamente motivados a disfrutar de sus vidas hedonistas y a no hacerse cargo nunca de sus malas decisiones.

¿Qué pasaría si de repente los suppies tuvieran una agenda distinta de VA?

Si quieres responder a todas las preguntas te recomiendo mucho que tengas este comic. Es uno de los que hay que guardar.