Me encanta cuando un libro está narrado con la fluidez con la que lo está este y que es capaz de mantener la tensión hasta el último momento. Una historia de asesinatos narrada de forma subjetiva a través de la mente de un chico con trastornos que apenas puede atar los cabos de lo que está sucediendo. Sus dudas, sus recuerdos, su propia introspectiva y la investigación, todo ocurre a través de él de tal forma que, prácticamente hasta el final mantiene las opciones abiertas y convierte a todo el mundo en sospechoso.

Publicado por la escritora You-Jeong Jeong en Corea allá en 2016 y recientemente traducido al castellano, esta historia nos narra un thriller obsesivo digno de cualquier película de suspense que hayamos retenido en la mente. Tiene todos los elementos necesarios para disfrutar de una novela de investigación, pero además le añade la percepción subjetiva del protagonista, de la que en muchas ocasiones él mismo duda, y que permite al lector todo ese juego fuera del libro. A veces un libro vale tanto por lo que escribe como por lo que no escribe. Y es que la sinopsis ya es potente:

“HUELE A SANGRE

Me despertó el hedor metálico de la sangre. Cuando bajé las escaleras, encontré a mi madre en el suelo, muerta, con un tajo de oreja a oreja y el camisón manchado de un intenso color rojo.

NO RECUERDO NADA”

La verdad es que he quedado muy satisfecho con este libro y casi he podido visualizar una película a partir de él. Y lo más importante, he podido especular muchísimo e imaginar cómo terminaría la trama, que es exactamente lo que se espera de un libro de suspense y asesinatos. Por lo tanto, lo recomiendo. Un buen libro para no quedar indiferente.