Escrita por Gustav Meyrink y publicada en 1915, El Golem, es una novela de terror que tiene como base las leyendas cabalistas sobre la criatura creada con arcilla y carente de alma. Sin embargo, que nadie se deje engañar por el título, no solo la historia no trata estrictamente sobre un golem como el que tenemos en mente (por ejemplo, el de la película muda del mismo nombre), donde un rabino da vida a una criatura para defender la judería, sino que es una inspirada obra de misterio y terror que mantiene la confusión y la fantasía bajo la perspectiva del personaje protagonista con el que nunca terminamos de distinguir el sueño de la vigilia.

En este libro, el mundo sin alma, el mundo que actúa sin motivo, sin más que una secuencia repetitiva de instrucciones diarias es el mundo que rodea al personaje. El propio personaje debe recorrer su propio camino hacia la ascensión para ir desde lo mundano hasta lo místico. El libro tiene magníficas descripciones y metáforas de ello.

Un extra a tener muy en cuenta del libro es la descripción tan profunda y precisa de la vida del Gueto de Praga. Casi sin pensar, el protagonista te va sumergiendo en el clima local y en sus leyendas. A mí ese punto me ha encantado, de los que dan ganas de irse a Praga y visitar la ciudad.

A J.L. Borges le entusiasmaba el libro y de hecho lo mentó varias veces e incluso escribió un poema “El Golem” inspirado en esta obra. Lo cierto es que entre esta obra y las de Borges hay cierta continuidad en lo que se refiere al debate místico de la existencia y el infinito. Si no hubiera leído este detalle sobre Borges, desde luego habría pensado que eran dos autores con inquietudes muy parecidas.

Libro que considero muy recomendable, especialmente si os gusta la fantasía tipo Borges, porque tiene esos momentos densos en contenido que requieren de mucha concentración más allá de las pocas palabras que expresan los conceptos. Vamos, que si te gusta navegar en tu mente, este es un libro muy bueno para despertarla.