Un libro que funciona a la perfección como distracción y que seguro habrá inspirado no pocas tramas en la industria del entretenimiento con su 18 relatos. Sin embargo, no es precisamente un libro que te vaya a marcar de por vida. En este sentido, aunque mantiene las temáticas habituales del escritor en lo que se refiere a la psicología y la tecnología, no aporta mucho más. Es cierto que entre los relatos, además del propio hombre ilustrado, cuyo concepto es fascinante, hay algunos bastante interesantes (como el del hombre dispuesto a perderse en el vacío y los astronautas que terminan dispersos a gran velocidad por el espacio). También es cierto que en la época actual, estas historias tienen una capacidad menor de sorprender como pudieron hacer en la época de su edición. Hay que mirarlo con perspectiva. Es muy probable además, que dado que habrán inspirado otras obras de cine y televisión, encontremos los conceptos repetidos y los escenarios anticuados. No hay que dejarse engañar por esto, para ser justos, es una obra que hay que leer con esa perspectiva.
Dicho esto, la recomiendo solo para gente que quiera coleccionar libros o empaparse de su forma de relatar (que tampoco es poco).
