Así,
podremos ver algunos de estos personajes volverse tremendamente taimados para
mantener sus capacidades lo máximo posible gracias a sus reservas de comida.
Otros se volverán débiles al no poder competir por un pedazo de carne con sus
ex-compañeros héroes. Los hay que en sus momentos de lucidez no soportarán lo
que han hecho y también los que se habrán vuelto prácticos y lo aceptarán y
seguirán con su vida. El hambre no les detiene, no les atonta ni les hace
inconscientes, simplemente los hace obsesionarse con comer. Y comerán cualquier
cosa viva que encuentren.
Pero
¿y qué ocurre cuando los héroes poderosos de la Tierra se vuelven consumidores
de carne humana? Pues la extinción rápida de la raza humana. Tanto que, a los
pocos días de empezar la epidemia, el Reed Richards zombi decide tramar un plan
para escapar por el multiverso y seguir consumiendo mundos. El final es mucho
más curioso de lo que apunta este plan la verdad, así que no haré spoiler en
esta reseña. El universo es grande.
Y
quien ¿sobrevive? Otra parte divertida. En realidad, es un plan de Magneto el
que activa toda la cadena de eventos que conduce a la Tierra a su perdición.
Pero los acólitos de Magneto viven en un asteroide fuera del planeta, así que
se encuentran completamente aislados durante los eventos. Magneto, sin embargo,
decide bajar a la Tierra a solucionar él mismo el problema. Y sí, demostrará
ser el mutante más poderoso de la Tierra y un dignísimo rival para los
ejércitos de zombies con superpoderes, aunque su destino se sella al bajar a la
Tierra. Al final terminará sobreviviendo también un T’challa mutilado pero no
infectado, que logrará escapar por los pelos del terror zombi.
