Un libro que para mí resultó una sorpresa agradable y que fue de menos a más a lo largo de la trama. ¿Por qué? Porque aquello de lo que trata es universal y creo que en cierta medida todo el mundo lo ha llegado a vivir y a sufrir de un modo u otro.

El libro fue escrito por Knut Hamsun en 1894, que ganaría muchos años después el Premio Nobel de Literatura. Narra la historia del teniente Glahn, un hombre que vive apartado, con su inseparable perro Esopo, disfrutando de la naturaleza y alabándola constantemente mientras se dedica a la caza y la pesca para subsistir. Glahn ha perdido su capacidad para interaccionar con la sociedad, pero llega a su vida Edvarda, hija de un comerciante de Sirilund, y es atraído de nuevo hacia el contacto con otras personas.

Durante tres estaciones se narra la relación entre Glahn y Edvarda, cuya forma de amar (y aquí personalmente nunca me queda claro si Edvarda ama) es totalmente diferente. Glahn exhibe lo que parece ser inmadurez, pero hace que uno se debata entre lo que es aceptable y lo que no. Glahn carece de una lógica social por la que pueda entender actitudes que a él le parecen caóticas y que no es capaz de entender. A veces te preguntas en el libro ¿Es esto necesario? Edvarda parece más caprichosa, más proclive al juego, lo que hace que Glahn sufra en gran medida por su falta de comprensión de la situación.

Por supuesto muchas más cosas se entretejen en la historia y su epílogo, con la presencia imperecedera de la naturaleza, en definitiva, que no deja de ser otro protagonista y además de del omnipresente escenario de fondo. Un libro que recomiendo porque, aunque no vivamos aislados en una cabaña, estoy seguro de que en un momento u otro hemos carecido de la perspectiva suficiente como para comprender lo que ocurría en alguna relación. Tiene un principio tal vez lento y anodino, pero es un relato corto, y en breve te ha situado lo suficiente para que empieces a disfrutar de la acción.

Libro recomendable.